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Linus pregunta, ��Canta en el coro?� Carlitos responde, �No, �no puede recordar d�nde queda la iglesia!� Sin embargo, hay muchos que tienen el problema contrario: no pueden olvidar. Los psic�logos nos dicen que nuestro pasado juega un papel poderoso en c�mo vivimos el presente. Calculan que gastamos hasta el 50% de nuestra energ�a emocional tratando de reprimir los recuerdos dolorosos. La verdad es que existen muchas experiencias que son muy dif�ciles de olvidar. Es posible que algunos de ustedes hayan sido abusados emocional o f�sicamente en su ni�ez, o tal vez vivieron en la pobreza, o en la ignorancia, o con padres que siempre estaban peleando. Tal vez usted es hijo de padres divorciados, fue v�ctima de una violaci�n, o sufri� la muerte de un familiar cercano. Puede haberle sucedido toda clase de cosas a trav�s de su vida - y algunas de ellas todav�a las carga como un lastre. Observaremos la forma en que Dios trata con nuestro pasado. Leer Josu� 5:2-12. Oraci�n. 1. Nuestro pasado puede ser borrado. Estos vers�culos poco conocidos del libro de Josu� nos dan un vistazo de c�mo nuestro pasado puede ser sanado con la ayuda de Dios. Los hebreos hab�an cruzado el r�o Jord�n y, por fin, 40 a�os despu�s de salir de la esclavitud en Egipto, llegaron a la frontera de la Tierra Prometida. Gilgal fue su primera parada mientras comenzaban a establecerse en Cana�n. Delante estaban Jeric� y cien sitios m�s para conquistar antes de que la tierra fuese completamente suya. Gilgal lleg� a ser tierra santa para el pueblo de Israel. Fue la base de sus operaciones contra el enemigo. Volver�an all� muchas veces. En Gilgal reiniciaron la ceremonia de la circuncisi�n. Durante los 40 a�os de peregrinar en el desierto no la hab�an practicado. La circuncisi�n era el sello del pacto de Dios con Abraham (G�nesis 17:10-14). Era el sello de la promesa que Abraham y su descendencia heredar�an a Cana�n, promesa que fue aplazada 40 a�os por causa de la incredulidad y desobediencia del pueblo. Fue as� que, despu�s de cruzar el Jord�n y colocar las 12 piedras para marcar el gran evento de su llegada, lo primero que ocurri� en Gilgal fue que todos los varones debieron someterse al humillante y doloroso rito de la circuncisi�n. El Nuevo Testamento habla de la circuncisi�n espiritual. Pablo dijo, �... en �l fueron circuncidados, no por mano humana sino con la circuncisi�n que consiste en despojarse del cuerpo pecaminoso. Esta circuncisi�n la efectu� Cristo� (Colosenses 2:11). Cuando los israelitas comenzaron a obedecer y fueron circuncidados, Dios les dijo, (vers�culo 9): �Hoy les ha sido quitado de encima el oprobio de Egipto.� El pasado qued� borrado, erradicado; su verg�enza fue anulada.� �No quisiera usted que eso le ocurriera tambi�n? �No ser�a una sanidad maravillosa si el pasado, con todo su dolor y sentido de culpa, pudiera ser quitado? Puede que usted haya vivido un pasado que todav�a le causa dolor, recuerdos que todav�a lo hacen ruborizarse de verg�enza, algo que ni siquiera su mejor amigo sabe, algo que a menudo hace que su conciencia le apu�ale, algo de lo que no se atreve a pensar de noche para no desvelarse por completo.... A veces parece que el recuerdo le volver� loco. �Oh, c�mo los recuerdos del pasado pueden herirnos tanto! En el drama de Shakespeare, Ricardo 111, el Rey Ricardo entra en la escena y confiesa, �Mi conciencia tiene mil lenguas, y cada lengua trae varias historias, y cada historia me condena como villano.� Dudo que exista una sola persona que no tenga malos recuerdos que le acosen el resto de su vida. Un peri�dico informa de una mujer cuyo beb� dorm�a en su cuna mientras ella mostraba un vestido nuevo a una amiga. La madre colg� una bolsa pl�stica de tintorer�a sobre el riel de la cuna por un momento. Su amiga le coment�, �Debes quitar esa bolsa pl�stica antes que la olvides�, pero ella no lo hizo inmediatamente. Sali� del cuarto, y una brisa de la ventana abierta levant� la bolsa y la dej� caer sobre la cara del infante. Cuando ella entr� m�s tarde al cuarto, encontr� al beb� muerto. Ahora, seis a�os despu�s, cada vez que oye a un ni�o llorar, o pasa por una tintorer�a, vuelve a la mente el recuerdo de la tragedia como si fuera hoy. �D�nde se puede encontrar sanidad para ese nivel de culpa y de tortura? Sin embargo, no es necesario que ocurra un hecho tan dram�tico para que el pasado nos cause dificultad en el presente, �verdad? (Ilustraci�n personal de luchas pasadas.) �Ah, mis luchas con el pasado! �Qu� puedo hacer? �Existe alg�n remedio? �C�mo pudieron ser sanados estos israelitas del dolor agudo de su pasado: el haber vivido como esclavos, oprimidos, sin patria, sin independencia? �Y c�mo pudieron olvidar sus propias quejas contra el Dios que les sosten�a? �C�mo olvidar su desobediencia, falta de fe, idolatr�a y verg�enza? �Qu� se puede hacer con un pasado como �ste? �Y qu� podemos hacer nosotros con nuestro pasado? Nuestros recuerdos nos devoran. Las cosas que hemos hecho, las cosas que hemos dejado de hacer, las cosas malas que nos han hecho -- todas regresan sin aviso a nuestra mente. �C�mo podr�amos olvidar? �C�mo olvidar la forma en que trat� a mis padres, mi esposo, mi esposa, mis hijos, mis amigos -- o c�mo ellos me trataron a m�? El dinero que rob�, las mentiras que dije -- o lo que otros me robaron a m�, o las mentiras acerca de m�. Mis pecados sexuales, mis fracasos, mi torpeza, mis errores, mis malas decisiones � y lo peor de todo, mis pecados. Con Mart�n Lutero, clamamos, ��O, mis pecados! �Mis pecados!�. Nuestros recuerdos son tan devastadores. Afirmamos las palabras del salmista cuando clam�, �Siempre tengo presente mi pecado� (Salmo 51:3). Sin embargo, despu�s leemos las palabras consoladoras de Dios a los hebreos, cuando la obediencia comenz� y la fe regres�, �Hoy les he quitado de encima el oprobio....� �Imag�nense! Podemos entregar a Cristo nuestro pasado vergonzoso y nuestros recuerdos terribles y permitir que �l los perdone y sane todos. �Imag�nense el alivio de ya no cargar su pasado! Puede olvidarlo -- �est� perdonado! El pasado est� cubierto por la sangre de Jes�s. Los pecados ya han desaparecido, sepultados en el mar m�s profundo. �El oprobio ha sido quitado.� Y, puesto que esto es verdad... 2. Podemos disfrutar nuestro presente. El pueblo de Israel se encuentra ahora en una nueva tierra, y all� les espera una nueva vida. Su pasado ha sido borrado y pueden gozar el presente. Cuatro d�as despu�s de cruzar el Jord�n, celebran la fiesta de la Pascua. Hab�an celebrado la fiesta de la Pascua solamente dos veces antes -- una vez cuando salieron de Egipto y otra vez en el monte Sina�. Desde entonces, no hab�an celebrado la Pascua otra vez. Esta fiesta de adoraci�n, recuerdo y comuni�n hab�a sido abandonada totalmente, no por elecci�n del pueblo sino por mandato de Dios. Dios fue quien orden� que ning�n hombre no circuncidado participara de la Pascua (�xodo 12:48). Hab�an renunciado a su derecho de celebrarla por vivir en incredulidad y desobediencia. Por eso, no hubo ninguna Pascua. No podemos entregar verdadera adoraci�n a Dios si le desobedecemos. Pero tan pronto como la circuncisi�n fue restaurada, observaron la Pascua. La primera Pascua marc� el inicio de la vida nacional, la que fue inaugurada el d�a que Dios redimi� a su pueblo de la larga y opresiva esclavitud en Egipto. El Nuevo Testamento identifica claramente la muerte de Cristo como el cumplimiento de la Pascua. Juan el Bautista llam� a Jesucristo �el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo� (Juan 1:29). Seg�n la cronolog�a de Juan, Jes�s yac�a en la cruz en el preciso momento que se sacrificaban los corderos para la Pascua. Pablo declara categ�ricamente, �Cristo, nuestro Cordero pascual, ya ha sido sacrificado� (1 Corintios 5:7,8). As� que el cumplimiento de la Pascua, conforme a lo que creemos como cristianos, se encuentra en el sacrificio de Cristo, quien llev� �en su cuerpo nuestros pecados al madero� (1 Pedro 2:24). �l, el Cordero de Dios, tom� nuestro lugar, sustituy�ndonos �y nosotros fuimos libres! La base del regocijo de Israel fue su costosa liberaci�n de Egipto. La base del regocijo de quienes somos cristianos est� en nuestra liberaci�n much�simo m�s costosa del pecado. Cristo, el Cordero Pascual, ha sido sacrificado y mediante el derramamiento de su sangre, nosotros hemos sido liberados. �Pero hay m�s! Nuestro Se�or no s�lo limpia y sana nuestra memoria del pasado - �Tambi�n lo olvida! Hab�a una ni�a filipina que afirmaba hablar con Jes�s. La gente del pueblo se conmovi� con el fen�meno y la noticia alcanz� tambi�n a otros pueblos, llegando incluso hasta el palacio del Cardenal en Manila. Un monse�or fue nombrado para investigar la maravilla y confirmar la validez del relato de la ni�a. Ella fue llamada al palacio para una serie de entrevistas. Despu�s de la tercera entrevista, el monse�or estaba a punto de abandonar todo esfuerzo. En su frustraci�n exclam�, �Yo no s� si lo que t� dices es verdad o no, pero te har� una prueba. Esta semana cuando hables con Jes�s, quiero que le preguntes qu� le dije en mi confesi�n m�s reciente. La ni�a estuvo de acuerdo. As� que al regresar al palacio la siguiente semana, el monse�or le pregunt� inmediatamente, �Bueno, mi querida ni�a, �hablaste con Jes�s la semana pasada?� �S� su Merced�, respondi� la ni�a. ��Y al hablar con Jes�s, recordaste preguntarle qu� dije en mi confesi�n m�s reciente?� �S�, su Merced, le pregunt�, respondi� ella. �Entonces�, continu� el monse�or, �cuando le preguntaste qu� confes�, �qu� te dijo?� La ni�a contest� sin vacilar, �Jes�s dijo, �Ya lo olvid�.�� �Esto es lo que Jes�s hace! Y cu�n maravillosa libertad hay en esta certeza. �Ser tan libremente amado y tan completamente perdonado que lo perdonado sea olvidado! Se dice que Franz Schubert escribi� al margen de una de sus sinfon�as unas indicaciones para el director de la orquesta. En un lugar, escribi� ��lo m�s fuerte posible!�. Entonces, un poco despu�s, escribi�: ��aun m�s fuerte!� �C�mo puede ser m�s fuerte cuando ya ha sido lo m�s fuerte posible? Algo semejante sucede cuando nos damos cuenta de lo que Dios ha hecho para con nosotros en Cristo. Nos acercamos a su cruz cargados de nuestro pasado y nuestros pecados, y su sangre los cubre todos � �l los neutraliza en la fuente carmes�. Esto es m�s maravilloso que cualquier cosa que podamos imaginar. Pero es a�n m�s que maravilloso cuando nos damos cuenta de que no tan s�lo somos perdonados, sino que tambi�n nuestro pasado ha sido echado en el mar de su olvido para nunca m�s ser recordado contra nosotros. �Nuestro Cordero Pascual, colgado en la cruz del Viernes Santo, es el Sanador Divino para todo lo que ha sucedido en nuestra vida! Esto quiere decir entonces, que... 3. Nuestro futuro tiene posibilidades excelentes. Aqu�, en Josu� 5, los israelitas han llegado a ser otra vez un pueblo obediente. Pueden gozar de nuevo, mediante la celebraci�n de la Pascua, la santa comuni�n unos con otros. Esto no quiere decir que todo se cumpli� y que ya no quede m�s trabajo que hacer o m�s batallas que ganar. No han llegado a la meta, pero el pron�stico es excelente. Est�n trabajando ahora en cooperaci�n con Dios, no contra Dios. El camino del justo es como una luz que brilla m�s y m�s fuerte mientras caminemos con el Se�or. El profesor Frank Bateman Stranger, antes presidente del seminario de Asbury, muri� en el a�o1986. Quienes lo conocieron sab�an que �l hab�a dedicado su vida a hacer disc�pulos para Cristo. Fue un hombre de gran integridad y una fe tremenda. Alguien comparti� lo siguiente acerca de su muerte: En sus �ltimos d�as ten�a una enfermera a su lado continuamente. Un d�a poco antes de su muerte, queriendo saber algo sobre su estado de conocimiento, la enfermera le pregunt� si sab�a qu� a�o era. �l respondi�, �73�. No sab�a el a�o. Entonces le pregunt�, �Sabe usted quien soy yo?� Sonri�, confuso, mene� la cabeza, pero no sab�a contestar. Entonces le pregunt�, ��Sabe donde est�?� El se�or Stranger contest� firmemente, �Cap�tulo ocho. Romanos cap�tulo ocho.� �Sab�a donde estaba! �Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los �ngeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creaci�n, podr� apartarme del amor que Dios ha manifestado en Cristo Jes�s nuestro Se�or� (Romanos 8:38-39). Es exactamente as�. �Nada puede separarnos de �l! Hay plena, total y completa sanidad para los recuerdos que nos consumen, para el pasado que nos causa dolor. Todo esto queda atr�s, frente a las perspectivas del cristiano que conoce a Jesucristo, nuestro Cordero Pascual, como su Se�or y Salvador. #)+-.;<JX]`x������ D L U _ c k l � � � � � � �  9 > n o z � � � � � � � �   # ' ( + � � � � P y � � � � � � � �������������������������н����н�̹����������������������н���������̴ hIp-<�h+s h�YqhIp-hmm�h�AJh�hIp- hbc[6� hIp-6�h�AJ5�CJaJh�r�hMz5�CJaJh�r�hIp-5�CJaJG*+� F � � � � 1 N O v w � � �UdCD�Z[$%������������������������������gdIp-$a$gdIp-�;�� � � �      H L O S Z v � � FKhp��������38����FHmp���;Va�������).BCq{������������!��������������������������������������������������������������������������� h^XhIp-h� �hmm� h�Yqh�Yqh�m~h�AJ h�5�h!"�hIp-5� h�YqhIp-h�J�h�hIp-K!"17BJLSZ_`������ IQae�������,.6BIJXZ[x�/5NSdkpqr������ms���� -;GMZm��  =����������������������������������������������������������������������������������h�vhn2h�� hIp-6�h!"� hTi�hIp- h^XhIp-h� �hIp-h[L#R�\S����""(")"Q"R"3#�%�&�&9(R)*�*�*�*w/x/0 0�3�3������������������������������`��gd�3gdIp-=CZfot��������-Enr����������07Kbw�����������0:XY[y{����� ! 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