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Los metodistas concluyeron que deb�an tratar las ardillas con amor, al estilo de Charles Wesley. Las atraparon y luego las soltaron en un parque en las afueras del pueblo. Tres d�as despu�s, todas hab�an regresado a la iglesia. Los bautistas tuvieron la mejor soluci�n. Las recibieron como miembros. Ahora las ven solamente en la Navidad y el Domingo de Resurrecci�n. En nuestra iglesia nos hemos reunido para tratar muchos asuntos, pero no recuerdo que alguien se haya quejado alguna vez de ardillas en el templo. Sin embargo, aquello que no es nada raro es que existan quejas en medio nuestro. Todos nosotros, bajo circunstancias buenas o malas, somos culpables. El quejarnos puede transformarse en un problema muy grande si no tenemos cuidado. Leer N�meros 21:4-9. Orar. Un empresario muy adinerado se�sinti� inc�modo al ver a un pescador sentado al lado de su barco, sobre la hierba, con una actitud que demostraba gran pereza. -��Por qu� no est� usted pescando en el lago?� � pregunt� el empresario. - �Porque ya he pescado lo suficiente para hoy� - respondi� el pescador. - �Pero, �por qu� no va y pesca un poco m�s?� le interrog� el rico. -�Pero �qu� har�a con el resto?� -�Podr�a ganar m�s dinero,� fue la r�plica impaciente, �y comprar un barco m�s grande para poder ir a aguas m�s profundas y pescar m�s peces. Entonces, podr�a comprar redes de nylon, pescar aun m�s peces, y ganar much�simo dinero. As�, dentro de poco tendr�a una flota de barcos y ser�a rico como yo.� -�Y entonces, �qu� har�a?� - pregunt� el pescador. -�Por supuesto, podr�a sentarse y gozar de la vida� - le contest� el empresario. -��Y qu� piensa usted que estoy haciendo ahora?�- contest� el pescador mientras miraba tranquilamente el paisaje. En el texto de hoy, el pueblo de Israel representa el papel del empresario rico, pero Dios quiere que sea como el pescador: feliz y satisfecho. Los israelitas habr�an hecho cualquier cosa para conseguir un poco de pescado mientras vagaban en el desierto, pero lo que ten�an era una actitud: ��Ya estamos cansados de esta p�sima comida!� Era man�, comida celestial y sabrosa, pero ellos se hab�an cansado de comer man� y s�lo man� d�a tras d�a. Algunos eruditos dicen que la palabra �man� se deriva de una palabra que quiere decir �despreciar� (�Qu� es esto?). As�, el nombre que le pusieron a la diaria provisi�n celestial indicar�a que fue objeto de burlas cada vez que la recog�an por la ma�ana. Los israelitas no eran muy diferentes de nosotros. Veo por lo menos tres aspectos de sus experiencias que nos ense�an a nosotros: primero, su impaciencia (vs. 4-6); segundo, su petici�n (vs. 6-7); tercero, la receta de Dios (vs. 8-9). 1. La impaciencia (vs. 4-6) En estos vers�culos tenemos una lista de todos los milagros, acciones salvadoras, provisi�n y sost�n que Dios hab�a realizado en favor de su pueblo en los a�os inmediatamente anteriores a esta historia: Enemigos derrotados por medios espectaculares Un l�der invisible en la forma de fuego y nube Diez exhibiciones devastadoras, �pero ninguna se acerc� a sus casas� Un camino en tierra seca donde deb�a haber agua En vez de abrir la llave para sacar agua, la sacaban de una roca Fuego, humo y un temblor en el Monte Sina� Dios les hab�a dado protecci�n, provisiones, liderazgo y sabidur�a d�a tras d�a. Sin embargo, ellos olvidaban r�pidamente toda su bondad y ve�an s�lo las dificultades de la vida en el desierto. �Cu�n corta era su memoria de las ocasiones cuando Dios los hab�a rescatado y de cu�nto mejor era la vida cuando lo segu�an fielmente! �De veras estaban ahora muri�ndose de hambre y de sed? De ninguna manera. Ten�an comida suficiente, solamente que no era del tipo que les gustaba y se hab�an cansado de esa �p�sima cosa�. Se cuenta de una abuela que llev� a su nieto a la playa un d�a de viento. Mientras ella estaba acostada sobre la arena tomando el sol, el ni�o iba alej�ndose sin que ella se diera cuenta. S�lo supo d�nde estaba cuando oy� de lejos sus gritos pidiendo ayuda, y al seguir el sonido, lo encontr� en el mar, con la amenaza de ser llevado por las olas. Inmediatamente, la abuela comenz� a orar, �Oh Dios, �ayuda a mi nieto!� Nadie m�s que ella y Dios oyeron el grito del ni�o. Ella no sab�a nadar y no pod�a hacer nada para rescatarlo. Solamente pod�a orar y esto fue lo que hizo. Segundos despu�s una gran ola levant� al ni�o y lo dej� en la playa. La abuela corri�hacia su querido nieto, lo envolvi� en sus brazos y lo consol�. Pero en vez de dar gracias a Dios, mir� hacia el cielo y reclam�, ��D�nde est� su sombrero? Lo ten�a puesto cuando se meti� al agua.� Es sorprendente lo que dejamos de experimentar cuando insistimos en quejarnos, impacientarnos y afanarnos.... Al gran arquitecto Frank Lloyd Wright le gustaba relatar un incidente que pudo parecer insignificante cuando sucedi�, pero que fue una gran influencia sobre �l todo el resto de su vida. El invierno que Frank ten�a nueve a�os, caminaba en la nieve en medio del campo con su t�o, un hombre circunspecto y serio que no soportaba las tonter�as. Al llegar al final del campo, su t�o lo detuvo y le se�al� sus grandes huellas en la nieve que segu�an en l�nea recta, semejante a la trayectoria de una flecha. Luego se�al� las peque�as huellas de Frank que serpenteaban por todo el campo. �Frank, mira c�mo tus huellas vagan por todas partes sin direcci�n o prop�sito, desde las vacas hasta la verja, hasta el bosque y luego de regreso,� le dijo, �y f�jate en las huellas m�as que se dirigen sin vacilar directamente hacia la meta. Hay una lecci�n importante en esto.� A�os m�s tarde el arquitecto famoso disfrutaba relatando c�mo esta experiencia hab�a contribuido a su filosof�a de la vida. �Yo determin� en ese momento�, dec�a con brillo en los ojos, �no perderme las cosas buenas de la vida, cosas que mi t�o nunca conoci�.� Frank Lloyd Wright vio en esas huellas lo que su t�o no ve�a. Es f�cil dejar que las demandas de la vida nos priven de conocer los goces del vivir. �Y qu� de nosotros? La falta de paciencia ante Dios no es una cosa que naturalmente consideramos pecado. Sin embargo, nuestro descontento, a pesar de las m�ltiples bendiciones derramadas sobre nosotros, es verdaderamente una ofensa contra Dios. Es verdad que no es tan obvio como otros pecados, pero �cu�n a menudo tenemos una actitud injustificada sobre c�mo la vida nos trata, o miramos hacia el cielo y nos quejamos de la �comida� que Dios nos ha enviado? La �comida� pueden ser las provisiones materiales. (Se�or, �por qu� no puedo yo tener tanto como mis amigos?) Pueden ser nuestros familiares. (Se�or, �cambia a mi hermana!) F�cilmente nos encontramos reacios a dar gracias a Dios por nuestra fortaleza emocional o nuestra posici�n en el trabajo. (�Podr�a ser mejor, Se�or!) Olvidamos todos los regalos que Dios nos ha prodigado� �porque siempre queremos m�s! A muchas personas les cuesta estar contentos en el presente. Parece dif�cil gozarnos en lo que hacemos ahora, por estar so�ando y planeando para algo mejor en el futuro. En realidad, �contra qui�n hablamos cuando nos quejamos? No es contra nuestro c�nyuge, sino contra Dios, quien nos lo dio. No es el gobierno, sino el L�der que establece a todos los l�deres. Nuestra queja no es contra nuestra casa, sino contra �l que nos provee donde vivir. Nos quejamos contra Dios, el Todopoderoso � si en verdad creemos que �l est� en control. 2. La petici�n (vs. 6-7) El Se�or no recibi� con agrado las quejas del pueblo, y envi� serpientes para castigarlos. Igual a la abuela en la playa, Mois�s or�. Intercedi� por los israelitas cuando ellos lo pidieron. Afortunadamente, Mois�s estuvo all� para intervenir entre ellos y Dios; de otro modo toda la naci�n�pudo ser aniquilada. Pedir a Dios su misericordia era el �nico recurso que el pueblo ten�a. �sta no fue la �nica ocasi�n en�que Mois�s intercedi� por los israelitas. Mois�s conoc�a bien este papel. Hab�a sido su representante ante Fara�n para liberar al pueblo de la esclavitud en Egipto. Fue el mediador en el Monte Sina� cuando recibi� la ley que hab�a de gobernar al pueblo. En otra ocasi�n los salv� de la destrucci�n cuando la ira de Dios se encendi� contra ellos por adorar al becerro de oro. �Mois�s intent� apaciguar al Se�or y le suplic�: �Se�or, �por qu� ha de encenderse tu ira contra este pueblo tuyo, que sacaste de Egipto con gran poder y con mano poderosa?�� (�xodo 32:11) �Mois�s fue definitivamente un profeta �de peticiones�! La Biblia presenta varios ejemplos de intercesores, individuos que oraron a favor de personas que desagradaban a Dios. Job lo hizo por sus �amigos� cuando Dios se lo pidi� y dijo, �Mi siervo Job orar� por ustedes, y yo atender� a su oraci�n y no los har� quedar en verg�enza.� (Job 42:8). Pablo escribi� a los nuevos cristianos en Roma, �Me invade una gran tristeza y me embarga un continuo dolor. Desear�a yo mismo ser maldecido y separado de Cristo por el bien de mis hermanos, los de mi propia raza, el pueblo de Israel� (Romanos 9:2,3). Y Jes�s mismo intercede hoy ante el trono de su Padre como el mediador entre Dios y el hombre, ejemplificado en su grito desde la cruz, �Padre, perd�nalos, porque no saben lo que hacen.� Tal vez el remedio para la impaciencia es interceder por otros. �Qu� mejor uso del tiempo que orar por otros cuando nos sentimos desilusionados? �Habr� una mejor soluci�n para cuando comenzamos a sentir un esp�ritu negativo o cr�tico? 3. La receta (vs. 8-9) �No se alegran que Dios no nos castigue hoy por el pecado de�estar �descontentos y quejarnos, as� como hizo Israel en el pasado y recibi� su justo castigo? �Quedar�a acaso alguno de nosotros con vida? Pero la respuesta, el remedio, el b�lsamo sanador, fue uno solo: �levantar algo�. Cuando Mois�s clam� a Dios, �l oy�, pero pidi� a Mois�s que hiciera algo extra�o: fabricar un molde en forma de serpiente, llenarlo de metal fundido y producir una serpiente de bronce. �C�mo fue eso? Entonces, Dios dijo algo aun m�s raro: que la pusiera sobre un madero y lo levantara, a�adiendo esta instrucci�n: �Todos los que sean mordidos y la miren, vivir�n.� �Wow! Me pregunto si Mois�s vacil� siquiera un poco. �Por qu� una serpiente? Tal vez porque representaba la muerte por una serpiente y por eso un sustituto para el hombre, para que �l viviera. Tal vez el bronce, de un color rojizo, fuera un presagio de la expiaci�n y la purificaci�n mediante la sangre de Jesucristo. �Por qu� ten�an que mirarla? Reconocer que hab�a poder en un objeto levantado para quitar la amenaza de la muerte que se pegaba a sus piernas, requerir�a fe. Estoy seguro que a algunos de los israelitas les parec�a absurdo. Y �stos murieron. Otros, probablemente se acordaron de la sangre en el dintel de la puerta que los hab�a salvado hac�a muchos a�os, y decidieron obedecer a Mois�s, el siervo de Dios. La receta hoy es la misma. Desde el momento que�una serpiente caus� la entrada del pecado al mundo por una queja de Eva no expresada en palabras, hasta la serpiente de bronce en el tiempo de Mois�s, hasta el d�a que Jes�s le aplast� la cabeza a la serpiente en el Calvario y m�s all�, el remedio siempre es un sustituto y la fe. El veneno mort�fero del pecado ha existido en el hombre desde la Ca�da. As� como no hab�a veneno en la serpiente de bronce, tampoco hab�a pecado (veneno) en Jes�s cuando fue levantado sobre la cruz en semejanza del hombre pecaminoso, �l fue nuestro sustituto. Acept� nuestro veneno. Sufri� el castigo que nosotros merecemos por nuestras incesantes quejas e impaciencia. Lo �nico que Dios requiere es que miremos con fe ese madero del Calvario y veamos all� nuestra libertad. Hay personas que piensan que somos insensatos porque confiamos en el poder de la cruz. Es verdad que no tiene sentido, pero eso s� que nos salva. Jes�s consideraba esta historia de tanto significado para nuestra vida espiritual que fue el �nico cuadro del Antiguo Testamento que �l aplic� a s� mismo. La serpiente sobre el madero presagi� a Cristo clavado en la cruz: �Pero yo, cuando sea levantado de la tierra, atraer� a todos a m� mismo� (Juan 12:32). Este relato es la �ltima queja de los israelitas vagantes que se menciona en la Biblia. Tal vez aprendieran mucho de esta experiencia. Y t�, �qu� has aprendido? �No tienes un barco grande? �Nunca has pescado tu l�mite de peces? �Parece que todo el mundo tiene m�s de lo que t� tienes? �Se te perdi� el sombrero en el mar? �Ni� conociste a tu abuela? �Sientes que la vida es solamente un d�a mon�tono tras otro? Permite que esta verdad calme tu esp�ritu intranquilo: alguien est� orando por ti para que tengas todo lo que necesitas. �Adem�s, �l desea d�rtelo! Ese mismo Alguien, el que era due�o del mundo entero pero lo renunci� todo, fue levantado�para ti, para que supieras que �l te ama. 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