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El 11 % no pudo localizar los Estados Unidos de Am�rica. �Me asombra la creciente falta de conocimiento de los sitios geogr�ficos que yo cre�a eran lugares bien conocidos, como los estados de Nueva Jersey y Nueva York! Pero creo que la siguiente historia nos ayudar� a todos a entender que a veces no vemos las cosas como son en realidad: Hab�a una vez un profesor universitario llamado A al Cuadrado. A2 viv�a en Tierra Plana. En Tierra Plana, todo ten�a solamente dos dimensiones: alto y ancho. Nada en Tierra Plana ten�a profundidad. La gente viv�a en casas planas, com�a alimentos planos, tomaba Coca Cola plana, pensaba pensamientos planos y viv�a la vida plana. Todo era plano. �Si una persona se pon�a de lado, no se le pod�a verla! El profesor A2 ense�aba matem�ticas en la universidad local. Una noche dio una fiesta para sus colegas del cuerpo docente. En el piso de arriba, su hijito precoz, Pent�gono, dorm�a irregularmente. Comenz� a so�ar y en su sue�o se encontraba de repente en un mundo donde todo ten�a no s�lo alto y ancho sino tambi�n profundidad. �Qu� diferencia! �Las casas y los �rboles y sobre todo las muchachas se ve�an tan diferentes! Pent�gono mismo se sent�a muy diferente. Toda la vida en su alrededor ten�a una dimensi�n completamente nueva y era maravillosa. Pero entonces se termin� el sue�o y el ni�o se despert�. Pent�gono no pod�a guardar tal sue�o para s� mismo. Salt� de la cama y baj� la escalera corriendo, descalzo y en pijama, para decirles a su padre y a los invitados de la fiesta que exist�a otra dimensi�n en la vida. La gente no ten�a que seguir viviendo peque�as vidas planas, pensando peque�os pensamientos planos. Hab�a una dimensi�n completamente nueva en la vida � �la profundidad! �A2 estaba estupefacto! No s�lo estaba humillado por el comportamiento de su hijo, sino que adem�s no pod�a hacer que el ni�o se callara. La fiesta termin� en desastre. Al d�a siguiente, el peque�o Pent�gono habl� de su sue�o a todo el que le escuchara. Sigui� dando patadas fuertes en el suelo e insistiendo que hab�a otra dimensi�n para la vida. La gente de Tierra Plana cre�a que el pobrecito estaba enfermo y lo llevaron a un instituto psiqui�trico. Pero su padre, A2, no durmi� bien esa noche. Sigui� pensando en sus adentros, �Puede ser que mi hijito tenga raz�n; tal vez haya m�s en la vida; quiz�s las cosas puedan ser diferentes.� (Del libro Flatland por Edwin Abbott, Oxford University Press). Esta historia, por supuesto, es una fantas�a. Sin embargo, me pregunto si no hay muchas personas que describir�an su vida diaria como la de los ciudadanos de Tierra Plana. Tienen poca conciencia del pasado o del futuro. Para ellos, existe solamente el presente, como si el mundo hubiera comenzado anoche. La vida tiene solamente una dimensi�n � la humana. No hay conciencia de nada m�s all� de nosotros mismos, ni de nada m�s grande que nosotros. En muchos sentidos, hemos perdido la dimensi�n de lo santo y lo sagrado. Nuestra vida carece de profundidad porque hemos aplastado todo lo sagrado. Y cuando nada se considera sagrado, el sentido de sensatez moral y del m�sculo espiritual se marchita y desvanece. Hemos llegado a ser una generaci�n que mayormente ha perdido la dimensi�n de lo sagrado. Al revisar nuestro arte, nuestras novelas, nuestros cines, nuestra televisi�n y todo lo que hay en nuestra vida, vemos una falta fundamental de reverencia hacia el Dios que se ha revelado en Jesucristo. El antiguo libro de Lev�tico habla de nuestros tiempos de manera abundante y relevante. Muchos consideran este libro nada m�s que un r�cord anticuado y mohoso de reglas que pertenec�an a la temprana vida hebrea. Puede que est� un poco cubierto de polvo, pero creo que tenemos una necesidad apremiante de recobrar su mensaje. Puesto que no vamos a leer el libro entero de Lev�tico esta ma�ana, en dos palabras, su mensaje es �ste: Dios est� diciendo: �Yo soy santo � de hecho, soy m�s santo de lo que ustedes puedan vislumbrar, tanto m�s que si solamente comenzaran a tener la menor idea de lo que soy, �quedar�an asombrados ante mi!� Este libro, m�s que cualquier otro de la Biblia, nos expone la santidad de Dios. En este libro Dios, a trav�s de Mois�s, prescribe las instrucciones para relacionarse con un Dios santo mediante sacrificios, ofrendas, adoraci�n y reglas especiales acerca de la salud y la purificaci�n, en tanto detalle que nos hace inc�modos. Un vers�culo que palpita con este mensaje es 19:2, �Sean santos, porque yo el Se�or su Dios soy santo�, palabras penetrantes que Jes�s hizo resonar muchos a�os m�s tarde. Teniendo presente este tema de la santidad en Lev�tico, leamos los vers�culos escogidos para esta ma�ana. Lev�tico 10:1-7 (Orar) No sabemos precisamente lo que la Biblia quiere decir cuando nos relata que Nadab y Abi� ofrecieron �fuego no autorizado�. Puede ser que fueran consumidos porque estaban en un estado de borrachera, o tal vez porque dejaron de observar una de las muchas reglas prescritas para acercarse a Dios en toda su santidad. Lo que creo que podemos concluir con bastante certeza es que estos hombres bien sab�an que lo que hac�an era malo, pero hab�an llegado a ser insensibles, ap�ticos, respecto a la santidad majestuosa del Dios al que serv�an. A m� me parece bastante severo el dar muerte con fuego a los dos sacerdotes, pero Dios no lo vio as�. Sigui� por medio de Mois�s con el mandato de que estos dos cuerpos fueran removidos del santuario y puestos fuera del campamento. Entonces les dijo a Aar�n y a sus otros dos hijos, Eleazar e Itamar, que no lloraran la muerte de Nadab y Abi�, ni observaran de manera alguna un tiempo de luto, para que no fueran muertos ellos tambi�n, y que Dios no se enojara contra toda la comunidad. �Adm�tanlo! Es dif�cil digerir tal concepto de Dios. Es severo. Es miedoso. No nos sentimos como si fuera un Dios amante. Pero s� nos sentimos convencidos que es un Dios que toma en serio nuestra reverencia por �l, �verdad? �l es imponente, asombroso. Vamos a verlo esta ma�ana no para decir, ��Qu� me va a pasar si fallo en un punto?�, sino m�s bien ��Me siento intimidado por Dios?� Si no experimentamos cierto sobrecogimiento ante Dios, nosotros tambi�n somos exiliados a Tierra Plana para terminar nuestros d�as, sin profundidad, sin la dimensi�n de lo santo en nuestra vida. Se puede omitir lo siguiente ( ): (Cierta pareja tuvo dos hijos, de ocho y diez a�os de edad, que eran traviesos en exceso. Siempre estaban meti�ndose en l�os y los padres sab�an que siempre que ocurr�a alguna travesura en el vecindario lo m�s probable era que sus hijos estuvieran involucrados. � La madre se enter� de que un pastor en la comunidad hab�a tenido �xito en disciplinar a ni�os, as� que le pidi� que hablara con sus hijos. El pastor asinti�, pero pidi� verlos individualmente. Entonces ella envi� primero al menor y luego en la tarde envi� al mayor. El pastor, un hombre muy grande con voz resonante hizo sentar al ni�o menor y le pregunt� con tono severo, ��D�nde est� Dios?� El ni�o se qued� boquiabierto, pero no respondi�. Sencillamente se qued� all� sentado con la boca abierta. El pastor repiti� la pregunta en tono aun m�s severo, ��D�nde est� Dios?� Otra vez, el ni�o no respondi�. Entonces, moviendo el dedo frente a la cara del muchacho, le grit�, ��D�NDE EST� DIOS?� El ni�o grit� del susto, salt� del asiento y corri� a mil hacia la casa donde se meti� en el armario cerrando de golpe la puerta. Cuando su hermano mayor lo encontr�, le pregunt�, ��Qu� pas�?� El chico, jadeando, le respondi�, ��Ahora s� que estamos en un buen l�o! �Dios se ha desaparecido y creen que NOSOTROS somos los culpables!�) �Est�n dedicando tiempo al conocimiento de Dios? �Est�n apartando tiempo para estar intimidados y maravillados por Su presencia? �O est�n en peligro de perder esta dimensi�n de su vida? Las palabras de Lev�tico nos hablan fuerte y claramente en medio de nuestra prosperidad y abundancia: �Yo soy el Se�or su Dios.� La lecci�n de la historia desde el Egipto antiguo hasta la Alemania nazista es que cualquier naci�n que no reconozca con reverencia un poder m�s alto y m�s grande que s� mismo perecer� de la tierra. Repudiamos la demanda de Dios sobre nuestra vida bajo nuestro propio riesgo. Este problema no comienza con una naci�n sino en el coraz�n de las personas que componen la naci�n. Comienza en el coraz�n de los que componen las congregaciones de las iglesias peque�as regadas por la naci�n. �Qu� est� pasando en su coraz�n? �Qu� se requerir�a para que usted captara de nuevo un sentido de sobrecogimiento y reverencia ante Dios? �Algunos de nosotros nos hemos permitido estancar y aburrirnos tanto en nuestros pensamientos acerca de Dios que no tenemos la menor idea de lo impresionante y majestuoso que es Dios! Las personas que est�n por entrar en una relaci�n con Dios parecen estar m�s concientes de la santidad y la naturaleza imponente de Dios que nosotros. Escuchen las peticiones de oraci�n de algunos universitarios apuntados en un librito en la capilla (6 escogidas entre 24): 1. �Que yo encuentre a Dios en mi vida y que luego lo mantenga en mi coraz�n.� 12. �Que Dios tenga misericordia de m�. Que yo pueda ordenar mi vida y entregarme totalmente a �l.� 13 �Ay�dame a comprender el amor de Dios, el poder que �l puede darme.� 15. �Pida que yo no pierda mi fe.� 16. �Necesito acercarme m�s a Dios.� 23. �Necesito un caminar �ntimo con Dios.� �Indica su vida privada de oraci�n que usted est� asombrado ante Dios? En conclusi�n, quisiera darles unas sugerencias para recobrar un sentido de reverencia y asombro por nuestro santo y maravilloso Dios. �DECIDA ASOMBRARSE! -- Dedique tiempo para escuchar a Dios. -- Escuche m�sica que lo acerque a Dios. -- Lea himnos. Cante himnos. -- D� una vuelta y piense en �l en lugar de sus problemas. -- Lea en voz alta pasajes b�blicos de adoraci�n (Salmos, Apocalipsis). -- Piense a menudo en Dios y Su santidad. -- Use el tiempo cuando se encuentre a solas (por ejemplo, en el carro) para adorar a Dios. -- Al escuchar m�sica de adoraci�n a Dios, cante con ella. -- Levante las manos en honor de Su Majestad. -- Mencione a menudo que �l es Dios y usted no lo es. -- Espere en silencio ante Dios. -- Honre a Dios en su conversaci�n, jam�s usando Su nombre sin reverencia. Apocalipsis 5:11-14 (NVI) -- Luego mir� y o� la voz de muchos �ngeles que estaban alrededor del trono, de los seres vivientes y de los ancianos. El n�mero de ellos era millares de millares y millones de millones. Cantaban con todas sus fuerzas: ��Digno es el Cordero, que ha sido sacrificado, de recibir el poder, la riqueza y la sabidur�a, la fortaleza y la honra, la gloria y la alabanza!� Y o� a cuanta criatura hay en el cielo, y en la tierra, y debajo de la tierra y en el mar, a todos en la creaci�n, que cantaban: ��Al que est� sentado en el trono y al Cordero, sean la alabanza y la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos!� Los cuatro seres vivientes exclamaron: ��Am�n!�, y los ancianos se postraron y adoraron. Bendici�n  !"#/08:;GHIMW\^_qu�������������������������  + . 1 : ; E ^ a d e l m n w � �����������������������������������������������������������������h hk �h�M� h��h�W�h�W� h�W�5�h�Y�h�W�5�h�-~h�Y�6� h�Y�6� h�W�6�h�6)h�W�5�CJaJh�6)h�B�5�CJaJh�6)hy�5�CJaJA "#����+ ^ � � � M z�����@A�����������������������������^��gd�M�gd�W�$a$gd�W� $��^��a$gd�W��4�� � � � . V v ~ � � � � � � � �   K T U f l � � � � � � � � � � �   ( , 7 : < ? 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