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Pero el nuevo pastor cambi� la m�sica y el estilo del culto y dijo que a cualquiera que no le gustara tendr�a que aceptarlo. Supongo que todo ese sacrificio para que �l pudiera tener un lugar para predicar no significa nada. Si el pastor no nos necesita, entonces supongo que tampoco nosotros no necesitamos la Iglesia.� Las personas privadas de sus derechos se preguntan si vale la pena creer en la Iglesia. �Yo prob� esa cosa de la iglesia hace un rato,� dijo un monopatinador joven a un amigo. �Pero las personas echaron una mirada a mis tatuajes y perforaciones y actuaron como si yo no existiera. Me gust� la funci�n, pero detesto que la gente que me juzgue con sus ojos. �Por qu� debo ir de nuevo?� Las personas defraudadas se preguntan si vale la pena creer en la Iglesia. Los medios de comunicaci�n de hoy pintan cuadros de la Iglesia con verg�enza y sospecha debido a las fechor�as de unos cuantos lobos en piel de oveja. Un reportero de la televisi�n obtuvo una respuesta sorprendente mientras entrevistaba a un hombre que fue molestado cuando era un ni�o por el sacerdote de la parroquia. �Yo no creo en la Iglesia,� dijo el hombre amargamente al periodista. �Mi fe est� en el fiscal y la polic�a y los tribunales para mi salvaci�n.� Las personas desilusionadas dudan si vale la pena creer en la Iglesia. El cr�tico de drama americano y ensayista Brooks Atkinson era esc�ptico acerca de la necesidad de la religi�n organizada. �Yo no tengo ninguna objeci�n a las iglesias entretanto no interfieran con el trabajo de Dios,� dijo �l una vez. Las personas descreyentes debaten si vale la pena creer en la Iglesia. �El problema no es la hostilidad hacia la iglesia,� declar� William Barclay, �es la indiferencia. Para muchos la Iglesia es absolutamente no pertinente; no vale la pena criticarla siquiera, es simplemente para no ser tomada en cuenta.� Las personas desinteresadas ni siquiera preguntan si vale la pena creer en la Iglesia. Para algunos es dif�cil creer en la Iglesia porque tienen problemas con la autoridad. Otros son absolutamente sospechosos de las instituciones. Algunos rechazan la Iglesia porque exigen un grado de perfecci�n de otros que ellos nunca se impondr�an a s� mismos. Algunos han sido espiritualmente heridos. Muchos m�s est�n simplemente demasiado consumidos con los asuntos diarios para prestar alguna atenci�n a asuntos del alma. Cualquiera la raz�n para las vacilaciones de las personas, �stos son de hecho d�as problem�ticos para la Iglesia. Son d�as de esc�ndalo, escrutinio, escepticismo y burla. Son d�as de distracciones, deserciones, divisiones y decisiones. Son d�as de desaf�os, cargos, cambios y opciones. Son d�as de choques de culturas, guerras de culto, amnesia hist�rica y anemia espiritual. Algunas de estas crisis son causadas por la misma Iglesia. Otras se deben a factores totalmente fuera de su control. A�n as�, los d�as de problemas tambi�n pueden verse como d�as de promesa: �stos son d�as de timidez, quebrantamiento, vac�o e indigencia que hacen a muchas personas espiritualmente reflexivas. �stos son d�as de so�ar, anhelar, buscar y esperar que hace a muchas personas m�s espiritualmente receptivas. �stos son d�as de franqueza, opciones, optimismo y oportunidad que hacen a muchas personas espiritualmente sensibles. Entonces� �qu� tipo de Iglesia debe ser para que valga la pena creer en ella? La carta a los Efesios en el Nuevo Testamento proporciona algunas pistas. Seg�n el Ap�stol Pablo, Vale la pena creer en un Iglesia que desaf�a el infierno (Efesios 1:18�23; 2:1�2, 6�7). El infierno est� interesado en la Iglesia, aun cuando algunas personas no. Eso es porque la Iglesia es la mayor amenaza para el infierno. Pablo hizo una declaraci�n asombrosa en Efesios 1:18-21. �l declar� que la supereminente grandeza del poder de Dios, resucit� a Cristo de los muertos " sent�ndole a su diestra en los lugares celestiales, sobre todo principado y autoridad y poder y se�or�o, y sobre todo nombre que se nombra, no s�lo en este siglo, sino tambi�n el venidero.� No s�lo ha sido el infierno eclipsado ahora por el se�or�o de Cristo, tambi�n ha sido humillado por �l, porque seg�n los vers�culos 22 y 23, Dios "someti� todas las cosas��que incluye el infierno��bajo sus pies y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo. . . .� �La l�nea de fondo? �Satan�s est� perdiendo su agarre! Efesios 2:2 nos recuerda acerca de un pasado cuando todos est�bamos bajo el dominio del �pr�ncipe de la potestad del aire��uno de los nombres de Pablo para el diablo. En otras palabras, Satan�s pod�a controlarnos y usarnos. A trav�s de la Biblia, se le describe como un enga�ador, un mentiroso, un le�n rugiente que busca devorar las almas. Se obtiene la palabra �diab�lico� de la palabra griega�di�bolos. Es una palabra que identifica a Satan�s como un acusador siniestro y divisor. Intenta sembrar duda y disensi�n por todas partes porque �dividir para conquistar� es su estrategia m�s eficaz para controlar a las personas. Causando divisi�n, Satan�s puede batallar contra grupos o individuos debilitados y derrotarlos con efectividad innegable. Confiadamente, sin embargo, la Biblia dice, �Para esto apareci� el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo� (1a Juan 3:8). �C�mo? Usando la Iglesia para acabar con el poder de Satan�s de dividir y conquistar. �Sabe qu�! As� como Dios levant� a Jes�s y le dio autoridad suprema, �l ha hecho lo mismo para nosotros. Escuche a Pablo en Efesios 2:6��Y juntamente con �l nos resucit�, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jes�s. . . � (�nfasis agregado). Las puertas del infierno no pueden prevalecer contra la Iglesia porque el poder todopoderoso, creador de vida, aplastador del pecado, desafiador del infierno del mismo Dios est� operando a trav�s de ella. La Iglesia asciende a pesar de lo peor que el infierno le lanza. Incluso cuando la debilidad humana y el mal juicio de algunos de sus representantes causan problemas y dolor para la Iglesia, el infierno no ha ganado. Las palabras de Horace Bushnell de hace 150 a�os todav�a son ciertas��La persecuci�n no ha aplastado a la iglesia; el poder no lo ha derrotada; el tiempo no ha rebajado sus fuerzas; y lo que es m�s maravilloso de todo, los abusos de sus amigos no han sacudido su estabilidad.� El infierno intent� una vez derrotar a la Iglesia, pero perdi� cuando Jes�s sali� de su tumba. La Iglesia desaf�a el infierno y el infierno la odia y la teme porque nunca puede derrotar el cuerpo de Cristo. Esa es una Iglesia en la que vale la pena creer. As� tambi�n una Iglesia que hace a santos de pecadores. Vale la pena creer en una Iglesia que fortifica la bondad (Efesios 2:10). Algunos detractores cerrar�an todas las iglesias por no hacer su trabajo porque todav�a hay pecado en el mundo. �Detendr�an ellos tambi�n la investigaci�n m�dica porque todav�a hay enfermedades? �Cerrar�an ellos todas las universidades porque algunas personas todav�a hacen cosas ignorantes o tontas? �Se librar�an ellos de todos los sem�foros porque algunas personas piensan que la luz verde significa ir r�pidamente, la amarilla ir m�s r�pidamente, y la roja nada en absoluto? Con creciente fervor, muchos pol�ticos, magnates de los medios de comunicaci�n, acad�micos y elitistas en nuestra sociedad est�n en una campa�a para marginar a las personas de la iglesia. Su meta es empujar la religi�n al borde distante de la vida p�blica y negarle una voz en los debates nacionales. La fe es tratada como un vestigio curioso de d�as menos ilustrados. Mientras que "la tolerancia� y �la aceptaci�n� se aclaman como la cima de los valores sociales, los mismos evangelistas de la no-discriminaci�n usan el grito de guerra de �separaci�n de iglesia y estado� como un arma sutil para minar la influencia de los cristianos. A los creyentes evang�licos, b�blicos se les marca y se les difama y se les aglomera como �extremistas religiosos� o �fundamentalistas derechistas.� Hay un viejo refr�n que dice que la Iglesia tiene muchos cr�ticos pero ning�n rival. Tan merecedora de la cr�tica como puede ser a veces�tan defectuosa por los fracasos humanos que es verdaderamente�todav�a no hay fuerza en la tierra que haga tanto bien como la Iglesia. Seg�n el escritor Neil Strait, �La Iglesia es una fuerza para bien en un mundo bombardeado por el mal. Es una fuerza para el amor en un mundo enterrado por el odio. Es una fuerza para paz en un mundo desgarrado por la violencia.� La importancia y el significado de la Iglesia no son determinados por los prejuicios de Hollywood, Washington, Madison Avenue, el Mundo de Disney, Wall Street o la universidad en la esquina. La Iglesia es significante porque Dios le ha hecho un comp�s moral y �tico para guiar al mundo a trav�s de aguas tormentosas. El Ap�stol Pablo lo dijo de esta manera en Efesios 2:10, �. . . somos hechura suya, creados en Cristo Jes�s para buenas obras, las cuales Dios prepar� de antemano para que anduvi�semos en ellas.� Hist�ricamente, fue la Iglesia que estuvo en la vanguardia de la abolici�n de la esclavitud, el tratamiento correcto del enfermo mental, el cuidado de los ancianos, el fin del trabajo infantil, la lucha de los derechos civiles y la igualdad de las mujeres. �De d�nde piensa usted que vino la idea y el primer apoyo para las escuelas p�blicas, los hospitales, los hogares para ancianos, orfanatos, universidades y agencias de socorro? Tiene raz�n si pens� la Iglesia. La Iglesia de Jesucristo mantiene la motivaci�n, la maquinaria y la mano de obra para los logros m�s duraderos, compasivos y generosos del g�nero humano. Jay Kessler, canciller de la Universidad de Taylor, ten�a raz�n cuando dijo: �Si uno pudiera poner una jeringa en el mundo y sacarle toda la influencia de �tica y moralidad y misericordia cristianas, el mundo implotar�a��derrumb�ndose de su propio vac�o moral. Gracias a Dios por una Iglesia que fortifica la bondad haciendo santos de pecadores. Vale la pena creer en un Iglesia que unifica a las personas (Efesios 2:11�13). Para todos nosotros, una relaci�n rota con Dios es la ra�z de nuestros peores problemas. Pablo dijo: �. . . Acordaos de que. . . estabais sin Cristo, alejados. . . ajenos. . . sin esperanza y sin Dios en el mundo� (Efesios 2:12). Pecado por pecado, con nuestras propias manos, todos hemos construido las barreras para dejar fuera a Dios de nuestra mente y fuera del paso para seguir nuestros propios deseos. La imagen b�blica es poderosa, sin embargo. Nos muestra cu�n intolerable es esta separaci�n para Dios: �Pero ahora en Cristo Jes�s,� la Biblia dice, �vosotros que en otro tiempo estabais lejos, hab�is sido hecho cercanos por la sangre de Cristo� (Efesios 2:13). Dios no quiere que permanezcamos solos y sin esperanza. Un Iglesia en la que vale la pena creer hace la unificaci�n de las personas con Dios su misi�n primaria. Este tipo de Iglesia tambi�n une entre si a las personas. Pablo apunt� al conflicto cardinal de nosotros� contra �ellos� refiri�ndose a los cristianos de �feso como �vosotros, los gentiles� y a los jud�os como �la llamada circuncisi�n� (2:11). Los hombres jud�os llevaban en su cuerpo una marca de distinci�n que los separaba de todas las otras personas. Los marcaba como el pueblo escogido de Dios. Muchos equivocaron su condici�n jud�a como una se�al de privilegio y exclusividad, en lugar de responsabilidad misionera que Dios intento que sintieran. El resultado fue odio y separaci�n entre los jud�os y los no jud�os/gentiles. Entonces vino Jes�s. . . un hombre jud�o que tambi�n llev� la marca de Dios en su cuerpo, sin embargo, tendi� sus manos hasta el otro lado de la divisi�n racial y cultural erigida por el orgullo humano para reconciliarnos con Dios y reunirnos como hermanos y hermanas en su propia familia adoptiva. Doy gracias por una Iglesia que unifica a las personas ayud�ndolos a amarse eternamente con Dios y entre s�. Ning�n otro grupo cumple el deseo humano de pertenecer mejor que la Iglesia. Piense en ella como una familia extendida, con los mejores padres y abuelos, t�as y t�os, hermanos y hermanas y primos que uno podr�a esperar en la vida. Cu�ndo la vida se desintegra y este despiadado mundo lo tira con la basura �ad�nde puede ir una persona en busca de perd�n y ayuda para empezar de nuevo? La respuesta es �Va a la Iglesia.� Va a aqu�llos que extender�n la mano desinteresadamente en el nombre de Jes�s y simplemente dir�n, �Todos nosotros tambi�n hemos hecho desarreglos. Venga. Nosotros lo amaremos. Lo ayudaremos.� La Iglesia es una familia que acepta a las personas que han estropeado sus vidas�as� como las que han tenido �xito. C.S. Lewis tiene una interesante opini�n sobre el infierno. �l describe el infierno como aislamiento. Es la �ltima separaci�n de las personas entre s� conforme se vuelven m�s ensimismados y desinteresados en otros. Si el infierno es aislamiento, la reuni�n de las personas en Cristo es la �ltima estrategia por despoblar y destruir el infierno. La gente tiene todo tipo de agendas para sus iglesias locales. Algunos piensan que su congregaci�n debe consagrarse exclusivamente a rescatar a los pobres o indigentes. Otros dicen que el trabajo principal de la iglesia debe ser desarrollar la influencia pol�tica para acabar con el aborto y prevenir la eutanasia. Hay quienes abogan por hacer las prioridades principales de su iglesia una guarder�a o a una escuela o a un hogar de ancianos o un Bingo. Ahora, todas �stas pueden ser actividades que valgan la pena (�salvo la idea patrocinada por la iglesia de jugar por dinero!). Pero �stas no son lo que la Iglesia realmente es. La Iglesia ayuda a las personas en necesidad de recuperaci�n de adicciones, pero no se trata s�lo de recuperaci�n. La Iglesia es sensible hacia los asuntos de compasi�n, pero no es s�lo de benevolencia y ministerio social. La Iglesia se preocupa por la educaci�n y la responsabilidad c�vica, pero no es s�lo de estas cosas. La Iglesia est� para unir a las personas en Cristo. William Temple, antiguo Arzobispo de Canterbury y l�der de la Iglesia de Inglaterra, insisti� que �La iglesia existe para aqu�llos fuera de ella.� Un Iglesia en la que vale la pena creer constantemente hace m�s y mejores disc�pulos para Jesucristo�unific�ndonos con Dios y entre s�. Vale la pena creer en un Iglesia que magnifica a Cristo (Efesios 2:14�18). William E. Orchard casi habl� prof�ticamente acerca de nuestros d�as cuando dijo hace 70 u 80 a�os: �pudiera necesitarse una Iglesia crucificada para presentar a un Cristo crucificado ante los ojos del mundo.� Los titulares de hoy son como clavos metidos en las manos y pies de la Iglesia. Son los recordatorios dolorosos que, para que el mundo vea a Jes�s m�s claramente, el pueblo de Dios debe unirse a �l en sus sufrimientos. Cristo es nuestro ejemplo de todo a lo que la Iglesia necesita volverse. Piense acerca de c�mo Pablo lo exalta en Efesios 2:14-18. Nos dijo en primer lugar que Jes�s es un derribador de barreras. En Efesios 2:14, Pablo mencion� que �l �derrib� la pared intermedia de separaci�n� entre jud�os y gentiles. Se refer�a a la pantalla de m�rmol en el Templo jud�o antiguo en Jerusal�n que segregaba el patio de los gentiles del resto de ese lugar santo. Los r�tulos montados visiblemente arriba de cada puerta gritaban a cada no-jud�o que se quedara fuera del santuario interno o exponerse a la muerte si era sorprendido entrando. Esta pared marcaba la l�nea alrededor del lugar de adoraci�n m�s santo del mundo con el solo prop�sito de alejar a las personas, en vez de invitarlas a entrar. �Pero Jes�s ten�a un plan mejor! �l soport� la violencia del castigo de muerte por el pecado para hacer una declaraci�n eterna sobre cu�n lejos est� dispuesto a ir para aceptar a todos los que queremos su amor. Su cruz se volvi� un ariete que derrib� la pared de hostilidad del pecado de divisi�n entre nosotros y Dios, y de nosotros y unos de otros. Jes�s es un rompedor de barreras. Jes�s es un portador de cargas, tambi�n. Una frase reveladora en Efesios 2:15 dice que Cristo aboli� �en su carne� la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas.� Los jud�os en los d�as de Pablo estaban orgullosos de sus rituales y sus leyes. Hasta las llamaban �las leyes de Dios,� pero Jes�s los expuso en Lucas 11:46 como cargas imposibles de llevar. Los jud�os dec�an que la salvaci�n era s�lo para aqu�llos que la ganaban guardando su ley. Jes�s, sin embargo, sab�a que nadie en la vida hab�a podido guardar la ley entera, porque su prop�sito real era ense�ar a las personas que necesitaban un Salvador. �Escudri�ad las Escrituras; � declar� �l, �porque a vosotros os parece que en ellas ten�is la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de m�; y no quer�is venir a m� para que teng�is vida.� (Juan 5:39�40). Pablo inform� a los cristianos de Galacia: �. . . la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fu�semos justificados por la fe� (3:24). Jes�s llev� la carga de la ley y sufri� en nombre de otros el castigo de la muerte violenta que prescrib�a para aqu�llos que la quebrantaban, para que nosotros pudi�ramos librarnos de sus demandas imposibles y de su maldici�n. Llevando esta carga de vivir la �nica vida que jam�s satisfizo las normas de Dios totalmente, �l abri� una puerta de amistad con Dios para nosotros y al mismo tiempo quit� la distancia entre el jud�o y el gentil haci�ndose la esperanza de vida para ambos. Pablo tambi�n exalt� a Jes�s como creador del cuerpo. Su prop�sito,� Pablo declar� en Efesios 2:15�16, era �crear en s� mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz, y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades.� Jes�s junt� al jud�o y al gentil en un nuevo cuerpo y lo llam� su Iglesia. Imag�nese teniendo un trasplante de coraz�n. Parte de otra persona es ahora parte de usted. Jes�s vino y uni� a jud�os y gentiles en su cuerpo. Este nuevo cuerpo �l llam� la Iglesia. No se puede amar a Jes�s y despreciar su Iglesia. No se puede ser un creyente y rechazar su cuerpo. No se puede rendir culto a Dios y ultrajar a su pueblo. Cristo y sus seguidores son uno�por medio de �l nos reconciliamos con Dios y uno con otro. Vale la pena creer en una Iglesia que magnifica a Cristo. Y finalmente� Vale la pena creer en una Iglesia que dignifica a la humanidad (Efesios 2:21�22). Pablo se maravill� en Efesios 2:22 que la Iglesia es �una morada en la que Dios vive por su Esp�ritu Santo.� Un observador llamado Charles Heimsath una vez se le ocurri� que �El principal problema con la Iglesia es que usted y yo estamos en ella.� Otro chistoso dijo, �Si alguna vez encuentra la iglesia perfecta, no lo malogre uni�ndose a ella.� Se pensar�a que el Creador del universo tendr�a un gusto m�s que discriminador que hacer a personas como nosotros parte de su Iglesia. Todav�a, sigue siendo verdad que la Iglesia es y siempre ser� s�lo gente� personas imperfectas, da�adas por el pecado que vienen esperando la salvaci�n y de repente se ven levantados por la mano de Dios para ser algo bello y santo. La Iglesia es verdaderamente la �nica organizaci�n en el mundo en la que se reserva su membres�a para aqu�llos que no la merecen. El cantante en el Salmo 8 pregunta a Dios en el verso 4 de esa canci�n, ��Qu� es el hombre para que tengas de �l memoria?� Con asombro santo el salmista escribi�: �Le has hecho poco menor que los �ngeles.� Tr�gicamente, sin embargo, nosotros vivimos en una generaci�n que no piensa en la gente como hechos un poco menor que los �ngeles. Piensa de ellos como hechos un poco superior que los animales�un simple accidente evolutivo. El valor de una persona, seg�n esta perspectiva barata de la humanidad, depende solamente de su productividad para la sociedad. Una persona s�lo es valiosa con tal que �l o ella tengan algo que contribuir a la preservaci�n de las especies. La Iglesia, por otro lado, reclama audazmente que usted y yo somos incre�blemente valiosos para Dios. Jes�s habl� acerca de una oveja perdida lo suficientemente importante para buscar, aun cuando signifique dejar 99 otras en el aprisco. �l habl� de �ngeles en cielo regocij�ndose cuando un pecador se arrepiente. Habl� acerca de Dios que nota la muerte de peque�os gorriones y dijo: �No tem�is; m�s val�is vosotros que muchos pajarillos� (Mateo 10:29�31). Los derechos humanos no son la invenci�n de los pol�ticos; son un regalo de nuestro Creador, incluido en el valor de cada alma humana. Usted y yo somos las piedras vivas�unidas con el cemento del amor de Dios subiendo en alto al cielo como el templo en el que �l se alegra de vivir. En efecto, �l nos llama santos�gente separada exclusivamente para sus prop�sitos y placer. La Iglesia es s�lo gente�gente a trav�s de la cual Cristo misteriosamente, pero maravillosamente, hace su voluntad en la tierra. El pastor Arthur DeKruyter pregunt� una vez: "�D�nde est� la iglesia a las 11:25 el lunes por la ma�ana?� Entonces, en contestaci�n a su propia pregunta, dijo: �En el consultorio del dentista. En sal�n de ventas automovil�sticas y taller de reparaciones, y afuera en el cami�n. Est� en el hospital, en el aula, y en la casa. Est� en las oficinas, de seguros, de abogados, de bienes ra�ces, cualquier cosa que sea. All� es donde la iglesia est�, dondequiera que el pueblo de Dios est�. Est�n haciendo lo que tienen que hacer. Est�n honrando a Dios, no s�lo mientras rinden culto en un edificio, pero all� fuera.� Vale la pena creer en una Iglesia que dignifica a la humanidad. Nos hace creer que somos de tremendo valor y que juntos podemos volvernos algo eternamente grande de verdad. Hace trece siglos, San Bonifacio, un misionero cristiano a los jefes guerreros y tribus de Alemania occidental, escribi�: �En su viaje por el oc�ano de este mundo, la iglesia es como una gran nave golpeada por las olas de las diferentes tensiones de la vida. Nuestro deber no es abandonarla sino mantenerla en su curso.� �Vale la pena creer en la Iglesia? El famoso erudito ingl�s C.S. Lewis testific�: Cuando me convert� a Cristo. . . pens� que lo pod�a hacer solo, retir�ndome a mis habitaciones para leer teolog�a, y no ir�a a las iglesias y salones evangel�sticos. . . . Detestaba sus himnos, que consideraba ser mediocres poemas puestos a m�sica m�s mediocre. Pero cuando segu� adelante, vi el gran m�rito que tienen. Me enfrent� a personas diferentes de perspectivas bastante diferentes y educaci�n diferente, y entonces gradualmente mi presunci�n empez� a ca�rseme. Comprend� que los himnos (qu� eran s�lo m�sica mediocre) eran, no obstante, cantados con devoci�n y beneficio por un santo viejo con botas de hule en el banco opuesto, y entonces uno comprende que no es apto para limpiar esas botas. La pr�xima vez que usted se pregunte si vale la pena creer en la Iglesia, aseg�rese de aclarar qu� tipo de Iglesia usted quiere decir. Vale la pena creer en un Iglesia que desaf�a el infierno; fortifica la bondad en nuestro mundo; unifica a las personas dolidas por relaciones fracturadas; magnifica a nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo; y dignifica a todos los que est�n dispuestos a participar del plan y prop�sito santos de Dios. El Dr. Jerry Pence es Director General de Evangelizaci�n y Crecimiento de la Iglesia para su denominaci�n, habiendo servido tambi�n como pastor y superintendente del distrito. �l y su esposa, Calene, viven en Indian�polis, Indiana, EUA, cerca de sus dos hijos adultos, Kris y Kory. Firmes en la fe �� Recursos de sermones  PAGE 4 #LM_a}� �  ] /vb���9<�:����E#F#�#�/�/C0D0�0%A&ArAsAjC�G�G�����弮����������������s��������������o��h@t=h@t=CJH*OJQJmH sH h@t=5�CJOJQJmH sH h> _CJOJQJmH sH h@t=6�CJOJQJmH sH h@t=CJOJQJmH sH h@t=mH sH h> _5�CJOJQJmH sH #h@t=5�6�9�CJHOJQJmH sH h@t=5�CJOJQJmH sH h@t=5�CJOJQJ+#L_`a}~�� ^ w�� E�����������������$ & F �h8�8^�8a$gd> _ $��`��a$gd> _$a$$d &d N�� P�� $d�$d &d N�� P�� a$$$d &d N�� P�� a$ eBe��E���L�1��:�Dh k" #F#G#�#�#r%���������������������$a$gd> _$a$gd> _$ & F �h8�8^�8a$gd> _ $��`��a$gd> _$ & F �h8�8^�8a$gd> _r%�(�+|,D0E0�0�0�3�7�:<�?&A'ArAsAjC�G�GsM�P�P�P Q!Q�������������������������$a$gd> _$a$gd> _$a$gd> _ $��`��a$gd> _�G�G�G�M�M�P�P Q�c�c�c�d�d�d�d e e e4e5e6ee?e@e���������򽮽��򣒀nZnEn�(h@t=0J5�CJOJQJmHnHsH u'h> _h@t=0J5�CJOJQJmH sH "jh@t=0J5�CJOJQJU#h> _h@t=5�CJOJQJmH sH  h@t=5�6�CJOJQJmH sH h@t=5�CJOJQJh> _CJOJQJhmH sH h@t=CJOJQJhmH sH h@t=5�CJOJQJmH sH h@t=mH sH h@t=6�CJOJQJmH sH h@t=CJOJQJmH sH !Q�QoTWOZ5]�]%_x_8b�c�c�c�c e@eAeBeCe������������������ � �!�(#�$d N�� #$d %d &d 'd N�� O�� P�� Q�� ��`��$�@��]�@^��a$gd> _ $��`��a$gd> _@eBeCe��h@t=CJOJQJmH sH h@t= ��/ ��=!��"��#��$��%��@�8@��8 Normal_HmH sH tH 8@8 Heading 1$@&CJ$D@D Heading 2$@& ��>*CJ>@> Heading 3$d�@&CJDA@���D Default Paragraph FontVi@���V  Table Normal :V �4�4� la� (k@���(No List HC@�H Body Text Indent ��`��CJ4/@4 List�h���^�h`���BD@B List Continue�h�x^�h2B@"2 Body Text�x4@24 Header  ���!4 @B4 Footer  ���!.)@�Q. 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